Y finalmente a poco más de un mes de haber retornado de esta aventura que puedo contar la parte final del viaje. Y no es que no haya querido publicarlo antes pero había tenido mucho trabajo, y como el clima ha mejorado mucho por estos lares, intento no quedarme en mi casa los fines de semana. Pero ahora que tengo la oportunidad necesito terminar de escribirlo porque siento que ya se me empiezan a olvidar detalles y no quisiera dejar el relato sin terminar.
Y por si algún perdido empieza a leer esto, le recomiendo leer las partes anteriores ya que esta es la última de una serie de cinco entradas: Parte I, Parte II, Parte III y Parte IV.
Por cierto, por lo mismo de que es el último post, este será un poco más largo, pero con muchas fotos.
Y bueno, me había quedado en que amanecimos al lado de la playa en un lugar sorprendentemente bello. En sí donde dormimos no tenía nada muy especial, excepto que era muy amigable con el ambiente y todo era energía solar y esas cosas. Lo anunciaban como un lugar para alejarte del estrés de la vida moderna. Aunque creo que no era un lugar muy para mí, yo necesito un cable ethernet conectado a mis venas… no tanto así pero si extrañaba el Internet omnipresente.
Nuestro siguiente punto de visita era Farewell Sip, una península muy peculiar:
Pero antes de recorrerla en una cafetería nos dijeron que fueramos a Wharariki beach, donde la marea estaba baja y había una colonia de focas bebes. Y la verdad es que farewell spit se veía como caminar por esa delgada línea que se ve en la imagen anterior, que por cierto no se podía llegar caminando hasta la punta del final. Para llegar ahí solo se puede una vez al día tomando un tour en camión que sale como a las 6 am… Pero que bueno que no hicimos eso porque entonces no hubieramos llegado a aquella fantástica playa.
Wharariki Beach
Cambiamos nuestro rumbo hacia esta playa, el clima se despejó, y en tan solo una mañana pudimos lograr de Nueva Zelanda como se debe, al menos como aparece en las postales. Para llegar a esta playa primero nos estacionamos en una granja de ovejas, estas granjas abundan por todo el país, así que yo diría que es una vista muy tradicional.
Luego caminamos por unas colinas muy verdes y pintorescas:
Para encontrarnos con un pequeño desierto antes de llegar a la playa.
La playa era inmensamente grande, tanto que había gente cabalgando, y después de pocos minutos caminando te das cuenta el por qué. Todo parece cerca pero no lo está, afortunadamente era temprano y había buen clima. Además de la colonia de focas había muchas cuevas para explorar.
Esa fue solo la primer cueva, aunque una de las más grandes, de ahí caminamos por al playa
Para encontrarnos con la colonia de focas que se encontraban retozando y jugando, mientras de lejos focas más grandes las cuidaban. Algo curioso que vi, no solo en esta colonia de focas, pero siempre había gaviotas que parecían estar de niñeras.
Aquí otra cosa que me volvió a sorprender, al igual que cuando vimos los pingüinos, fue el respeto de la gente con los animales. A pesar de que todos eran turistas de distintos países, y no había ningún tipo de barda, letrero, ni cuidador (fuera de las gaviotas), nadie hacía ruido ni trataba de acercarse mucho para no perturbar a la naturaleza.
Después de eso había mucho por explorar, y claro que aun queríamos regresar a Farewell Spit, pero era temprano y a mi me encanta conocer hasta el último rincón cuando visito un lugar que me gusta. Un dato importante es que yo había manejado y yo tenía las llaves del coche. Entonces cuando estábamos en las focas les avisé a mis primas que iría hasta al otro extremo de la playa para ver que había. Y pues así fue, entré a muchas cuevas, y tomé muchas fotos, un lugar realmente maravilloso, que quizás no se hubiera podido apreciar tanto de no haber sido por el magnífico clima.
Cuando llegué al otro extremo de la playa había más rocas y encima de ellas había una foca que parecía muerta, pero cuando me acerqué más oí la respiración y mejor me alejé, pues resulta que las focas pueden morder. Hace poco vi un comic que decía que las focas eran el equivalente de las sirenas pero con perros en lugar de humanos. Ya en algún lugar en Nueva Zelanda había leído que un recuerdo que no te quieres llevar es una mordida así que es mejor tener cuidado. Así que seguí mi camino explorando las cuevas. Había una que se veía muy interesante y había marcas de zapatos indicando que mucha gente ya había pasado por ahí. Para mi eso fue suficiente para considerarlo como un lugar seguro, a pesar de que era una cueva muy obscura. Y entré como si nada cuando de repente empiezo a escuchar unos ladridos muy cercanos y muy graves.. y sin pensarlo salí corriendo… ya después entendí que seguro había una foca durmiendo y probablemente la había despertado, pero en el momento si fue un gran susto. Afortunadamente no me mordió, pero al menos salió algo interesante que contar por andar explorando cuevas.
Y como comenté en un principio, la playa era de distancias engañosas, y mi exploración me tomo un par de horas, entonces supuse que era hora de buscar a mi primas. Yo imaginé que si estarían viendo la playa era lógico que en un momento nos cruzáramos, pero eso no pasó. Así que supuse que lo mejor sería esperar en el coche.
Pero de regreso me encontré con una oveja que no era como las demás, era una oveja que no deseaba ser parte del rebaño, era rebelde, era una OVEJA PUNK:
Por que quién dice que las ovejas no pueden expresar su independencia pintándose el pelo.
Y después de una visita que me hizo sentir muy satisfecho en cuanto a mi necesidad de explorar, me encontré con que mis primas ya estaban en el coche.. con no muy buena cara.. supongo que regresaron antes al coche y no les agradó darse cuenta que no tenían las llaves, pero bueno, fue un error de comunicación ya que yo pensé que ellas seguirían caminando por la playa y ellas no me avisaron del límite de tiempo. Pero bueno nada grave ya que de ahí regresamos a Farewell Spit. Y justo a tiempo, pues la marea ya empezaba a subir, cubriendo la entrada a las cuevas, al mismo tiempo que unas nubes aparecían en el cielo.
Farewell Spit
De regreso a la península estrecha que se ve como el pico de un kiwi. Regresamos al mismo café que visitamos en la mañana, ya que no habíamos desayunado. Después de recuperar fuerzas y energía, salimos a caminar para ver hasta donde se nos permitía llegar. El cielo se empezaba a nublar y el clima estaba refrescante, lo que ayudaba a la caminata, sin embargo el camino me pareció un poco monótono. Al principio te encuentras con un mar en marea baja, que solo conserva pequeños pozos de agua. El camino a la orilla de la playa está repleto de conchas que vas pisando y escuchas como truenan. Es un sonido placentero al principio, pero luego cansa al oído y al zapato.
Caminamos y caminamos y caminamos.. y seguimos caminando. El final se veía muy lejos, y no veíamos ningún letrero que marcara el límite. Luego descubrimos unas dunas de arena entre los extremos de la estrecha playa por donde parecía que caminábamos por un gran desierto.
Y creo que eso fue el gran atractivo, pues después de caminar prácticamente sin rumbo decidimos dar la vuelta y regresar al auto a nuestro siguiente punto de interés.
Waikoropupu Springs
La historia de cómo y por qué llegamos a este lugar es muy corta pero vale la pena mencionarla. Un día navegando por lugares aleatorios en Internet (usando Stumble Upon), me encontré con un sitio que hablaba de los lugares con el agua más pura y transparente del mundo. Eso fue como en Junio del año pasado (2012), mucho antes de comenzar a planear el viaje, pero decidí que si se armaba, tenía que ir a conocer ese lugar. Y pues casi un año después aquí llegamos:
*El manantial más grande del continente Australiano y el agua más clara del mundo.
Tal vez en foto no se vea como mucho, e incluso en Internet no he encontrado una buena foto del lugar, pero el agua es increíblemente clara, no solo del manantial, pero a pesar de que se alcanza a ver el fondo, este está muy lejos, no recuerdo a cuanto pero probablemente eran más de 10 metros. Otra manera de entender que tan clara es el agua es que en distancia horizontal se puede alcanzar a ver una distancia de hasta 63 metros.
Y no solo era el manantial, pero los ríos que salían de el los que estaban muy claros. Fue muy gracioso ver como se prohíbe todo tipo de contacto con el agua para que no se ensucie (no se puede beber ni tocar), pero ves como llegan los patos como si nada a nadar.. como si estuvieran tan limpios ¬¬..
Y así concluyó nuestra breve pero maravillosa visita a Golden Bay, otro lugar al que me gustaría regresar con más tiempo.
Nelson (Abel Tasman National Park)
En Nelson, se encuentra el Parque Nacional Abel Tasman, una reserva natural enorme al lado de la playa en la parte norte de la isla sur. Es un parque enorme con caminos que puedes recorrer en desde un par de horas hasta una semana. La atracción principal no es nada más ni nada menos que estar con la naturaleza. A mi que me encanta caminar por caminos de tierra, entre los árboles, subiendo y bajando montañas, me gustó mucho. En cuanto a las fotos, siempre hago lo que puedo con mi cámara tipo «point and shoot» aquí no tengo tantas fotos que compartir.
El tour del día incluía levantarnos muy temprano, y tomar un aqua taxi, que nos dejaría en una playa donde caminaríamos unas 2 horas y media aproximadamente hasta llegar a otra playa, donde encontraríamos kayaks para irnos via marítima a la siguiente playa y de ahí tomar el aqua taxi de regreso y de regreso al hostal.
Todo fue como planeado pero no sin sus sorpresas. La primera de ellas fue que donde abordamos el primer aqua taxi era una bahía casi sin agua. Se veía el muelle pero abajo solo había arena.. la marea parecía extrañamente demasiado baja. Pero al parecer eso era algo normal y los aquataxis estaban preparados, pues para llegar al mar eran remolcados por taxi-tractores… mejor vean:
Los tractores remolcaban las lanchas hasta que estas pudieran flotar y acelerar para salir al mar. Y luego de que llegamos a nuestra playa de destino, pues los botes no llegaban tan cerca para no quedar encallados, por lo que había que caminar un poco:
De ahí fue una tranquila caminata de un par de horas, hasta llegar a la siguiente playa. En esa otra playa nos encontramos con una mexicana. Aquí encontrar mexicanos es algo muuuy raro, tanto que en algunos hostales decían que eramos los primeros que tenían en muchos años, pero siempre es alegre encontrarse con un paisano.
Ahora más o menos la misma distancia caminada sería la distancia en kayak la cual sobrestime. Mi única experiencia previa en un kayak había sido unos meses antes en el Lago Washington, en el cual me me volteé a la mitad del lago. Y otra ocasión donde no paso nada. Pero hacer kayak en el mar es MUY diferente por el oleaje y la forma en que direccionas el kayak usando unos pedales en los pies. El tramo fue largo y un poco cansado, pero a la mitad pasamos por otra colonia más de pequeños.. ya no me acuerdo si leones marinos o focas. Lo diferente es que en esta ocasión nosotros también estábamos en el agua, y después de unos 10 minutos sin movernos, los pequeños animales se sentían con confianza y comenzaban a nadar a nuestro alrededor y por debajo del kayak, cada ve acercándose más y más. De hecho cuando nos íbamos nos comenzaron a seguir, claro que en ese momento salió la mamá a traerlos a todos de regreso, pero fue una gran experiencia.
Cuando por fin llegamos a la siguiente playa eramos el último tour del día. Y solo quedaba tomar un aquataxi de regreso, excepto que todos los kayaks que habían llegado a esa playa por muchos otros turistas había que regresarlos de algún modo. Y por qué no, subirlos TODOS en nuestra lancha:
Esa foto es de cuando llegamos con casi 21 kayaks encima. Y sí, en ese momento aun seguíamos adentro del bote. Fue impresionante ver como iba apilando los kayaks, y nosotros encerrados adentro junto con otros turistas y un guía. Era tanto el peso que dos personas nos tuvimos que meter bajo la proa del bote, en un compartimiento para maletas, para lograr el contrapeso para no voltearnos. Al mismo tiempo otro bote nos iba rodeando, generando oleaje que nos ayudaba a ganar velocidad. Eso si fue toda una aventura, lamentablemente estuvimos a 2 kayaks por debajo del récord local..
Ese día regresamos exhaustos pero contentos al hostal, listos para despedirnos de la isla sur, pues al día siguiente sería en el cual tomaríamos el ferry de regreso a la isla norte. Pero eso no nos detuvo para ver más cosas antes de irnos, ya que al día siguiente nos levantámos por ahí de las 5am (ya no recuerdo bien) para ir a ver el amanecer a la Apple Split Rock (roca partida como manzana), una roca muy famosa del parque Abel Tasman, que vímos el día anterior desde el aquataxi, pero nada como estar ahí para ver el amanecer.
Aunque para mí podrían anunciarla para los viajeros geek, como la Roca Pacman y así ni yo hubiera dudado cuando me dijeron de madrugar.
Y así es como nos despedimos de este parque para encontrarnos con nuestro transporte a nuestra última parada.
Camino a Picton (Marlborough Sounds)
Claro que eso no quiere decir que el camino no haya estado digno del momento. Un cierre con broche de oro, con un clima que ya hubieramos querido en otras carreteras y un paisaje paradisiaco. Los Marlborough Sounds se pueden apreciar y disfrutar con un clima como el de las fotos:
Y así es como llegamos a Picton, en donde regresamos el coche, que tan buen servicio nos dió, pues nunca nos dejó tirados y aguantó todo tipo de clima. Y nos subimos al ferry para disfrutar de la vista y relajarnos un poco más.
Ferry a Wellington.
Wellington
La última parada y la ciudad capital de Nueva Zelanda. Qué esperan de una capital de un país cuando la visitan. Viniendo de México tenemos la idea de que las ciudades capitales son grandes y muy importantes. Pero si lo comparamos con Estados Unidos las ciudades capitales no son la gran cosa. Claro que si nos vamos a Europa, la ciudades capitales vuelven a ser relativamente grandes, ruidosas y ocupadas. Así que mentalmente me preparé para llegar a una gran ciudad. Pero oh sorpresa, Wellington me pareció aun más pequeño que Auckland, no se si en extensión, pero no se veía como una gran ciudad. Esto no es algo malo, solo que no me lo esperaba.
Llegamos un viernes por la tarde, y en lugar de tomar un camión o taxi atravesamos toda la ciudad caminando para llegar a nuestro hostal. Eso suena como mucho pero fueron como 20 minutos caminando. Lo único malo era ir cargando todo el equipaje. La ciudad aunque pequeña, se veía ordenada y con cierto atractivo. Aunque, no era tan tarde y todo ya lo estaban cerrando.. les recuerdo que era viernes y eran como las 5 o 6 pm.. lo único que había eran los bares y restaurantes.
El segundo día fuimos a Weta Caves, el estudio donde hacen la magia detrás de las películas de El Señor de los Anillos y El Hobbit. Y no me refiero a los efectos especiales, pero a los efecto reales. Todas las armaduras, armas, escudos, etc.. los hacen ahí.
Aquí tomamos un tour para ver como desarrollan toda la parte creativa y los otros proyectos en los que han trabajado. Lo más interesante para mi fue saber que casi todas las armas y armaduras se forjan en metal cual si fueran reales para darles el detalle cuando hay acercamientos de cámara. Sin embargo si quieres comprar una de estas piezas dicen que solo las venden a coleccionistas privados.
Estas armas que ven sí se vende, pero no son reales, son más de exhibición. Anque aun así si se me antojó llevarme un par.
La segunda parte del día la dedicamos a recorrer caminando un poco más del centro de la ciudad y visitar el museo Te Papa, que es EL Museo de Nueva Zelanda.
Hay muchas salas de historia natural, de la formación de la tierra, animales. Y luego está la parte antropológica con la historia de la llegada de los Maori y de las colonias inglesas. Finalmente, y algo por lo que más vale la pena visitar es el piso dedicado exclusivamente a los Maori. Donde se encuentra una réplica de su templo sagrado y un centro de reunión donde se busca unificar los mundos tradicionales y modernos:
Esta segunda casa esta llena de adornos y simbolismos, en la galería de fotos hay varios acercamientos que vale la pena ver.
Y por supuesto no podía faltar algo del relacionado con El Señor de los Anillos, aunque sean 3 grandes troles que intentan matarte:
Esa noche fue la última cena juntos, pues al día siguiente yo tomaría un avión a Auckland para regresar, mientras que mis primas tomarían un coche muy temprano para continuar con el viaje durante otra semana más, pero como no tienen blog nadie sabrá que vieron :p
Aun así el domingo mi vuelo no era tan temprano, tuve tiempo de dar una última caminata, aunque a las 10am todo se encontraba aun cerrado, ni siquiera para comprar recuerditos. Así que regresé al museo, el cuál tenía una exposición temporal llamada Game Masters, que era de videojuegos. Ahí pude jugar las maquinitas originales de Donkey Kong, Asteroids y otros.
Finalmente en el aeropuerto de Wellington pude bebí mi último L&P (un refresco local muy bueno que sabe como el centro de los dulces seltz), y emprendí el viaje de regreso.
Y así termina este intenso viaje de tan solo 2 semanas. Y como este post ya fue el doble de lo normal, dejaré mis pensamientos y reflexiones para otro día con más calma. Pero espero que si de casualidad alguien se dió a la ardua tarea de leer lo que yo escribo, se haya podido encontrar con algo interesante.
FIN