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Dos semanas en la Tierra Media (Parte 5) FINAL

Y finalmente a poco más de un mes de haber retornado de esta aventura que puedo contar la parte final del viaje. Y no es que no haya querido publicarlo antes pero había tenido mucho trabajo, y como el clima ha mejorado mucho por estos lares, intento no quedarme en mi casa los fines de semana. Pero ahora que tengo la oportunidad necesito terminar de escribirlo porque siento que ya se me empiezan a olvidar detalles y no quisiera dejar el relato sin terminar.

Y por si algún perdido empieza a leer esto, le recomiendo leer las partes anteriores ya que esta es la última de una serie de cinco entradas: Parte I, Parte II, Parte III y Parte IV.

Por cierto, por lo mismo de que es el último post, este será un poco más largo, pero con muchas fotos.

Y bueno, me había quedado en que amanecimos al lado de la playa en un lugar sorprendentemente bello. En sí donde dormimos no tenía nada muy especial, excepto que era muy amigable con el ambiente y todo era energía solar y esas cosas. Lo anunciaban como un lugar para alejarte del estrés de la vida moderna. Aunque creo que no era un lugar muy para mí, yo necesito un cable ethernet conectado a mis venas… no tanto así pero si extrañaba el Internet omnipresente.

Nuestro siguiente punto de visita era Farewell Sip, una península muy peculiar:

Farewell Spit

Farewell Spit

Pero antes de recorrerla en una cafetería nos dijeron que fueramos a Wharariki beach, donde la marea estaba baja y había una colonia de focas bebes. Y la verdad es que farewell spit se veía como caminar por esa delgada línea que se ve en la imagen anterior, que por cierto no se podía llegar caminando hasta la punta del final. Para llegar ahí solo se puede una vez al día tomando un tour en camión que sale como a las 6 am… Pero que bueno que no hicimos eso porque entonces no hubieramos llegado a aquella fantástica playa.

Wharariki Beach

Cambiamos nuestro rumbo hacia esta playa, el clima se despejó, y en tan solo una mañana pudimos lograr de Nueva Zelanda como se debe, al menos como aparece en las postales. Para llegar a esta playa primero nos estacionamos en una granja de ovejas, estas granjas abundan por todo el país, así que yo diría que es una vista muy tradicional.

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Luego caminamos por unas colinas muy verdes y pintorescas:

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Para encontrarnos con un pequeño desierto antes de llegar a la playa.

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La playa era inmensamente grande, tanto que había gente cabalgando, y después de pocos minutos caminando te das cuenta el por qué. Todo parece cerca pero no lo está, afortunadamente era temprano y había buen clima. Además de la colonia de focas había muchas cuevas para explorar.

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Esa fue solo la primer cueva, aunque una de las más grandes, de ahí caminamos por al playa

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Para encontrarnos con la colonia de focas que se encontraban retozando y jugando, mientras de lejos focas más grandes las cuidaban. Algo curioso que vi, no solo en esta colonia de focas, pero siempre había gaviotas que parecían estar de niñeras.

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Aquí otra cosa que me volvió a sorprender, al igual que cuando vimos los pingüinos, fue el respeto de la gente con los animales. A pesar de que todos eran turistas de distintos países, y no había ningún tipo de barda, letrero, ni cuidador (fuera de las gaviotas), nadie hacía ruido ni trataba de acercarse mucho para no perturbar a la naturaleza.

Después de eso había mucho por explorar, y claro que aun queríamos regresar a Farewell Spit, pero era temprano y a mi me encanta conocer hasta el último rincón cuando visito un lugar que me gusta. Un dato importante es que yo había manejado y yo tenía las llaves del coche. Entonces cuando estábamos en las focas les avisé a mis primas que iría hasta al otro extremo de la playa para ver que había. Y pues así fue, entré a muchas cuevas, y tomé muchas fotos, un lugar realmente maravilloso, que quizás no se hubiera podido apreciar tanto de no haber sido por el magnífico clima.

Cuando llegué al otro extremo de la playa había más rocas y encima de ellas había una foca que parecía muerta, pero cuando me acerqué más oí la respiración y mejor me alejé, pues resulta que las focas pueden morder. Hace poco vi un comic que decía que las focas eran el equivalente de las sirenas pero con perros en lugar de humanos. Ya en algún lugar en Nueva Zelanda había leído que un recuerdo que no te quieres llevar es una mordida así que es mejor tener cuidado. Así que seguí mi camino explorando las cuevas. Había una que se veía muy interesante y había marcas de zapatos indicando que mucha gente ya había pasado por ahí. Para mi eso fue suficiente para considerarlo  como un lugar seguro, a pesar de que era una cueva muy obscura. Y entré como si nada cuando de repente empiezo a escuchar unos ladridos muy cercanos y muy graves.. y sin pensarlo salí corriendo… ya después entendí que seguro había una foca durmiendo y probablemente la había despertado, pero en el momento si fue un gran susto. Afortunadamente no me mordió, pero al menos salió algo interesante que contar por andar explorando cuevas.

Y como comenté en un principio, la playa era de distancias engañosas, y mi exploración me tomo un par de horas, entonces supuse que era hora de buscar a mi primas. Yo imaginé que si estarían viendo la playa era lógico que en un momento nos cruzáramos, pero eso no pasó. Así que supuse que lo mejor sería esperar en el coche.

Pero de regreso me encontré con una oveja que no era como las demás, era una oveja que no deseaba ser parte del rebaño, era rebelde, era una OVEJA PUNK:

¡Oveja Punk!

¡Oveja Punk!

Por que quién dice que las ovejas no pueden expresar su independencia pintándose el pelo.

Y después de una visita que me hizo sentir muy satisfecho en cuanto a mi necesidad de explorar, me encontré con que mis primas ya estaban en el coche.. con no muy buena cara.. supongo que regresaron antes al coche y no les agradó darse cuenta que no tenían las llaves, pero bueno, fue un error de comunicación ya que yo pensé que ellas seguirían caminando por la playa y ellas no me avisaron del límite de tiempo. Pero bueno nada grave ya que de ahí regresamos a Farewell Spit. Y justo a tiempo, pues la marea ya empezaba a subir, cubriendo la entrada a las cuevas, al mismo tiempo que unas nubes aparecían en el cielo.

Farewell Spit

De regreso a la península estrecha que se ve como el pico de un kiwi. Regresamos al mismo café que visitamos en la mañana, ya que no habíamos desayunado. Después de recuperar fuerzas y energía, salimos a caminar para ver hasta donde se nos permitía llegar. El cielo se empezaba a nublar y el clima estaba refrescante, lo que ayudaba a la caminata, sin embargo el camino me pareció un poco monótono. Al principio te encuentras con un mar en marea baja, que solo conserva pequeños pozos de agua. El camino a la orilla de la playa está repleto de conchas que vas pisando y escuchas como truenan. Es un sonido placentero al principio, pero luego cansa al oído y al zapato.

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Caminamos y caminamos y caminamos.. y seguimos caminando. El final se veía muy lejos, y no veíamos ningún letrero que marcara el límite. Luego descubrimos unas dunas de arena entre los extremos de la estrecha playa por donde parecía que caminábamos por un gran desierto.

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Y creo que eso fue el gran atractivo, pues después de caminar prácticamente sin rumbo decidimos dar la vuelta y regresar al auto a nuestro siguiente punto de interés.

Waikoropupu Springs

La historia de cómo y por qué llegamos a este lugar es muy corta pero vale la pena mencionarla. Un día navegando por lugares aleatorios en Internet (usando Stumble Upon), me encontré con un sitio que hablaba de los lugares con el agua más pura y transparente del mundo. Eso fue como en Junio del año pasado (2012), mucho antes de comenzar a planear el viaje, pero decidí que si se armaba, tenía que ir a conocer ese lugar. Y pues casi un año después aquí llegamos:

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Australia’s Largest Spring and the world’s clearest water!

*El manantial más grande del continente Australiano y el agua más clara del mundo.

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Tal vez en foto no se vea como mucho, e incluso en Internet no he encontrado una buena foto del lugar, pero el agua es increíblemente clara, no solo del manantial, pero a pesar de que se alcanza a ver el fondo, este está muy lejos, no recuerdo a cuanto pero probablemente eran más de 10 metros. Otra manera de entender que tan clara es el agua es que en distancia horizontal se puede alcanzar a ver una distancia de hasta 63 metros.DSC01657

Y no solo era el manantial, pero los ríos que salían de el los que estaban muy claros. Fue muy gracioso ver como se prohíbe todo tipo de contacto con el agua para que no se ensucie (no se puede beber ni tocar), pero ves como llegan los patos como si nada a nadar.. como si estuvieran tan limpios ¬¬..

Y así concluyó nuestra breve pero maravillosa visita a Golden Bay, otro lugar al que me gustaría regresar con más tiempo.

Nelson (Abel Tasman National Park)

En Nelson, se encuentra el Parque Nacional Abel Tasman, una reserva natural enorme al lado de la playa en la parte norte de la isla sur. Es un parque enorme con caminos que puedes recorrer en desde un par de horas hasta una semana. La atracción principal no es nada más ni nada menos que estar con la naturaleza. A mi que me encanta caminar por caminos de tierra, entre los árboles, subiendo y bajando montañas, me gustó mucho. En cuanto a las fotos, siempre hago lo que puedo con mi cámara tipo «point and shoot» aquí no tengo tantas fotos que compartir.

El tour del día incluía levantarnos muy temprano, y tomar un aqua taxi, que nos dejaría en una playa donde caminaríamos unas 2 horas y media aproximadamente hasta llegar a otra playa, donde encontraríamos kayaks para irnos via marítima a la siguiente playa y de ahí tomar el aqua taxi de regreso y de regreso al hostal.

Todo fue como planeado pero no sin sus sorpresas. La primera de ellas fue que donde abordamos el primer aqua taxi era una bahía casi sin agua. Se veía el muelle pero abajo solo había arena.. la marea parecía extrañamente demasiado baja. Pero al parecer eso era algo normal y los aquataxis estaban preparados, pues para llegar al mar eran remolcados por taxi-tractores… mejor vean:

Aquataxis impulsados por un tractor

Aquataxis impulsados por un tractor

Los tractores remolcaban las lanchas hasta que estas pudieran flotar y acelerar para salir al mar. Y luego de que llegamos a nuestra playa de destino, pues los botes no llegaban tan cerca para no quedar encallados, por lo que había que caminar un poco:

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De ahí fue una tranquila caminata de un par de horas, hasta llegar a la siguiente playa. En esa otra playa nos encontramos con una mexicana. Aquí encontrar mexicanos es algo muuuy raro, tanto que en algunos hostales decían que eramos los primeros que tenían en muchos años, pero siempre es alegre encontrarse con un paisano.

Ahora más o menos la misma distancia caminada sería la distancia en kayak la cual sobrestime. Mi única experiencia previa en un kayak había sido unos meses antes en el Lago Washington, en el cual me me volteé a la mitad del lago. Y otra ocasión donde no paso nada. Pero hacer kayak en el mar es MUY diferente por el oleaje y la forma en que direccionas el kayak usando unos pedales en los pies. El tramo fue largo y un poco cansado, pero a la mitad pasamos por otra colonia más de pequeños.. ya no me acuerdo si leones marinos o focas. Lo diferente es que en esta ocasión nosotros también estábamos en el agua, y después de unos 10 minutos sin movernos, los pequeños animales se sentían con confianza y comenzaban a nadar a nuestro alrededor y por debajo del kayak, cada ve acercándose más y más. De hecho cuando nos íbamos nos comenzaron a seguir, claro que en ese momento salió la mamá a traerlos a todos de regreso, pero fue una gran experiencia.

Yo remando en lo que mi prima disfrutaba el paseo

Yo remando en lo que mi prima disfrutaba el paseo

Cuando por fin llegamos a la siguiente playa eramos el último tour del día. Y solo quedaba tomar un aquataxi de regreso, excepto que todos los kayaks que habían llegado a esa playa por muchos otros turistas había que regresarlos de algún modo. Y por qué no, subirlos TODOS en nuestra lancha:

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Apróx 21 kayaks

Esa foto es de cuando llegamos con casi 21 kayaks encima. Y sí, en ese momento aun seguíamos adentro del bote. Fue impresionante ver como iba apilando los kayaks, y nosotros encerrados adentro junto con otros turistas y un guía. Era tanto el peso que dos personas nos tuvimos que meter bajo la proa del bote, en un compartimiento para maletas, para lograr el contrapeso para no voltearnos. Al mismo tiempo otro bote nos iba rodeando, generando oleaje que nos ayudaba a ganar velocidad. Eso si fue toda una aventura, lamentablemente estuvimos a 2 kayaks por debajo del récord local..

Ese día regresamos exhaustos pero contentos al hostal, listos para despedirnos de la isla sur, pues al día siguiente sería en el cual tomaríamos el ferry de regreso a la isla norte. Pero eso no nos detuvo para ver más cosas antes de irnos, ya que al día siguiente nos levantámos por ahí de las 5am (ya no recuerdo bien) para ir a ver el amanecer a la Apple Split Rock (roca partida como manzana), una roca muy famosa del parque Abel Tasman, que vímos el día anterior desde el aquataxi, pero nada como estar ahí para ver el amanecer.

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Aunque para mí podrían anunciarla para los viajeros geek, como la Roca Pacman y así ni yo hubiera dudado cuando me dijeron de madrugar.

Roca Pac-man

Roca Pac-man

Y así es como nos despedimos de este parque para encontrarnos con nuestro transporte a nuestra última parada.

Camino a Picton (Marlborough Sounds)

Claro que eso no quiere decir que el camino no haya estado digno del momento. Un cierre con broche de oro, con un clima que ya hubieramos querido en otras carreteras y un paisaje paradisiaco. Los Marlborough Sounds se pueden apreciar y disfrutar con un clima como el de las fotos:

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Y así es como llegamos a Picton, en donde regresamos el coche, que tan buen servicio nos dió, pues nunca nos dejó tirados y aguantó todo tipo de clima. Y nos subimos al ferry para disfrutar de la vista y relajarnos un poco más.

Ferry a Wellington.

Adios Isla Sur

Adios Isla Sur

Salud por la Isla Norte

Salud por la zzzz…..

Wellington

La última parada y la ciudad capital de Nueva Zelanda. Qué esperan de una capital de un país cuando la visitan. Viniendo de México tenemos la idea de que las ciudades capitales son grandes y muy importantes. Pero si lo comparamos con Estados Unidos las ciudades capitales no son la gran cosa. Claro que si nos vamos a Europa, la ciudades capitales vuelven a ser relativamente grandes, ruidosas y ocupadas. Así que mentalmente me preparé para llegar a una gran ciudad. Pero oh sorpresa, Wellington me pareció aun más pequeño que Auckland, no se si en extensión, pero no se veía como una gran ciudad. Esto no es algo malo, solo que no me lo esperaba.

Llegamos un viernes por la tarde, y en lugar de tomar un camión o taxi atravesamos toda la ciudad caminando para llegar a nuestro hostal. Eso suena como mucho pero fueron como 20 minutos caminando. Lo único malo era ir cargando todo el equipaje. La ciudad aunque pequeña, se veía ordenada y con cierto atractivo. Aunque, no era tan tarde y todo ya lo estaban cerrando.. les recuerdo que era viernes y eran como las 5 o 6 pm.. lo único que había eran los bares y restaurantes.

El segundo día fuimos a Weta Caves, el estudio donde hacen la magia detrás de las películas de El Señor de los Anillos y El Hobbit. Y no me refiero a los efectos especiales, pero a los efecto reales. Todas las armaduras, armas, escudos, etc.. los hacen ahí.

WETA

WETA

Aquí tomamos un tour para ver como desarrollan toda la parte creativa y los otros proyectos en los que han trabajado. Lo más interesante para mi fue saber que casi todas las armas y armaduras se forjan en metal cual si fueran reales para darles el detalle cuando hay acercamientos de cámara. Sin embargo si quieres comprar una de estas piezas dicen que solo las venden a coleccionistas privados.

 

Armas LOTR

Armas LOTR

Estas armas que ven sí se vende, pero no son reales, son más de exhibición. Anque aun así si se me antojó llevarme un par.

La segunda parte del día la dedicamos a recorrer caminando un poco más del centro de la ciudad y visitar el museo Te Papa, que es EL Museo de Nueva Zelanda.

Te Papa

Te Papa

Hay muchas salas de historia natural, de la formación de la tierra, animales. Y luego está la parte antropológica con la historia de la llegada de los Maori y de las colonias inglesas. Finalmente, y algo por lo que más vale la pena visitar es el piso dedicado exclusivamente a los Maori. Donde se encuentra una réplica de su templo sagrado y un centro de reunión donde se busca unificar los mundos tradicionales y modernos:

Casa Sagrada Maori

Casa Sagrada Maori

La Casa de Juntas

La Casa de Juntas

Esta segunda casa esta llena de adornos y simbolismos, en la galería de fotos hay varios acercamientos que vale la pena ver.

Y por supuesto no podía faltar algo del relacionado con El Señor de los Anillos, aunque sean 3 grandes troles que intentan matarte:

Troles!

Troles!

Esa noche fue la última cena juntos, pues al día siguiente yo tomaría un avión a Auckland para regresar, mientras que mis primas tomarían un coche muy temprano para continuar con el viaje durante otra semana más, pero como no tienen blog nadie sabrá que vieron :p

Aun así el domingo mi vuelo no era tan temprano, tuve tiempo de dar una última caminata, aunque a las 10am todo se encontraba aun cerrado, ni siquiera para comprar recuerditos. Así que regresé al museo, el cuál tenía una exposición temporal llamada Game Masters, que era de videojuegos. Ahí pude jugar las maquinitas originales de Donkey Kong, Asteroids y otros.

Finalmente en el aeropuerto de Wellington pude bebí mi último L&P (un refresco local muy bueno que sabe como el centro de los dulces seltz), y emprendí el viaje de regreso.

Aeropuerto Wellington

Aeropuerto Wellington

Y así termina este intenso viaje de tan solo 2 semanas. Y como este post ya fue el doble de lo normal, dejaré mis pensamientos y reflexiones para otro día con más calma. Pero espero que si de casualidad alguien se dió a la ardua tarea de leer lo que yo escribo, se haya podido encontrar con algo interesante.

FIN

Dos semanas en la Tierra Media (Parte 3)

Esta es la tercera parte de lo que presumo serán cuatro (o cinco) en total. Así que antes de comenzar a leer les recomiendo ponerse al corriente: PARTE I, PARTE II.

Creo que nunca había escrito tanto sobre un viaje, ni cuando fuí a Japón, bueno ya contándolos si fueron muchos más, peeero nunca me di a la tarea de relatar todo mi año allá, quizá algún día saque las crónicas de esos viajes para que no queden en el olvido.

Pero bueno, retomando la historia, nos habíamos quedado en Oamaru, dispuestos a tomar la ruta más larga y panorámica hasta llegar a Fiorland donde está el famoso Milford Sound, para de ahí subir hasta llegar Wellington.

En este tramo seguimos toda la carretera por la costa este, luego por la costa sur hasta Invercargill y de ahí a Te Anau.

Nugget Point

La primer parada turística de nuestro largo viaje en coche, fue este faro conocido como Nugget Point, donde su localización y vista hacen que se ve como de película. Ese día ya lo habíamos empezado en las Moeraki Boulders y con todo el camino por delante por eso pareciera que saltamos distancias enormes sin mucho que contar en el camino. Pero algo que fue importante decidir para una convivencia más sana fue elegir la manera de elegir la música, ya que todos tenemos gustos MUY diferentes. Así que el conductor casi siempre ponía su ipod, y ponía canciones en general escuchables para todos. Es algo que casi todo el tiempo funcionaba bien. En general era importante tener un copiloto fijándose en que manejáramos del lado indicado por si nos distraíamos o el GPS se caía. En la carretera tambien encontrabamos cosas random con las cuales entretenernos, por ejemplo el miedo que le entraba a Marce cuando estábamos detrás de un camión que transportaba troncos como este:

¿Vieron la película de Destino Final?

¿Vieron la película de Destino Final?

En fin llegando a Nugget Point esto es con lo que nos encontramos:

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Probablemente las fotos no le hacen justicia, sobretodo porque el pasto no está tan verde como se ven en los folletos, pero si pueden ir, den una vuelta y entenderán.

Por cierto, acá nos encontramos a un grupo de mochileros europeos con los que también habíamos tomado el tour en la cervecería. Después de todo Nueva Zelanda no es tan grande y los viajeros siguen muchas rutas en común. Era interesante ver los mismos coches y campers en los hostales de diferentes lugares con varios días de separación.

Balclutha

La siguiente parada fue muy express y aleatoria. Iba yo manejando y pasamos por un puente que se veía interesante, fue medio complicado darnos vuelta para encontrar el lugar para tomarle la foto ideal y esto fue lo que conseguí:

Puente en Balclutha

Puente en Balclutha

De hecho este lugar fue antes de Nugget Point, pero la secuencia no es tan importante.

Pukakaunui Falls

Ya llevábamos medio día manejando y apenas habíamos visto 3 lugares interesantes y no íbamos ni a la mitad de la ruta. El día se acercaba al atardecer y había muchos lugares que queríamos visitar. Aquí nos dimos cuenta de que ya no sería posible ir a todas partes. Había unas cuevas que según leímos eran un must, pero solo temprano y con la marea baja, cosa que ya sería imposible. Entonces decidimos ir a otro lugar que aparece en muchas postales, las cascadas Pukakaunui. En algún sitio de información turística nos habían dicho que las cascadas estarían secas, o que se verían muy diferentes a lo de las fotos. Igual fuimos y nos encontramos con esto:

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Pukakaunui Falls

Nada mal digo yo. Antes de tomar esa foto una pareja de señores ya grandes que estaba tomando fotos, vieron mis intenciones de salirme del camino marcado, para tomarme fotos más cercanas a las cascadas. Y me enseñaron las huellas de alguien que decían se acababa de resbalar y caer ahí mismo. Gracias a eso tuve más cuidado pero igual me fui a explorar. Resulta que esos «charcos» de agua en realidad estan bastante profundos y las rocas están llenas de musgo, por lo que son muy resbaladísas. Tampoco me atreví a llevar mi camara por si me caía, pero si tuve el celular, para tomar fotos más de cerca:

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Aun así, si esto se considera que está seco, me imagino cómo se verá en época de lluvias. Otra razón para regresar.

Invercargill

Invercargill es el lugar donde originalmente queríamos dormir, aun así ya teníamos boletos para el ferry al día siguiente en Milford Sound, y si ven un mapa de Nueva Zelanda, Invercargill está a casi 300km de distancia, entonces tendríamos que madrugar. Pero eso de despertarnos temprano no va en esta familia, así que decidímos manejar lo más más lejos posible, y con un simple folleto de hostales reservamos uno en Te Anau. Creo que era el único con espacio. Peeeero, nunca nos fijamos en el mapa ni nada hasta que estábamos cenando en Invercargill.

Y la verdad no se puede decir que conocimos nada de esta ciudad, pues llegamos de noche y solo a comer. Pero comímos en un lugar muy especial. Las Pizzas del Infierno. Hell’s Pizza, que al parecer es una cadena famosona en el país:

hell pizza

HELL PIZZA

Y a pesar de su nombre, son muy buenas! Aunque con unas combinaciones muy poco convencionales de ingredientes. La mía tenía aguacate debajo del queso. Y había otra con mermelada y no se qué más, deliciosa pizza dulce. Otra cosa curiosa del lugar es que te dan galletas de la anti-suerte. La mía fue un Rick Roll, pero la de Coss le dijo «El fin estará pronto, y todo es tu culpa», falta decir que Marce y yo pensamos que sería mejor idea si ella no manejaba. Excepto que y ya había manejado todo el día, y Marce no maneja de noche.. así que decidímos retar a la suerte de las galletas. Para colmo en ese momento nos dimos cuenta de que el hostal que habíamos reservado no estaba en la ciudad de Te Anau, el GPS no encontraba la dirección y el mapa que venía en el folleto indicaba que era un lugar en medio de la nada sobre una carretera secundaria….

Y con la noche encima y sin rumbo fijo, ni señal de celular nos encaminamos a lo desconocido. A las galletas no les pareció esto y después de un rato en carretera nos encontramos con que estaba cerrada con una desviación por un camino de terracería sin señalización ni iluminación. Las condiciones ideales para llegar a Silent Hill. Después de unas horas de manejo a la mitad de la nada y con desviaciones muy raras, llegamos a nuestro hostal. Efectivamente a la mitad de la nada, y con la recepción cerrada. Todo parecía como una granja abandonada en una película de terror. Encontramos una carta y una llave. La carta nos daba la bienvenida y tenía un mapa a la cabaña donde estaba el cuarto. Así que con una linterna al estilo de Alan Wake, tuvimos que encontrar el lugar. Luego de la nada salió un señor ya grande de la nada y en ropa interior a darnos ciertas indicaciones.

Básicamente llegamos al cuarto en total obscuridad, sin idea de dónde estábamos, pero con mucho sueño.

A la mañana siguiente despertamos en una cabaña en la cima de una colina con una gran vista. Increíble por la cantidad que habíamos pagado (bueno, técnicamente aun había que ir a pagar).DSC00915

Otra foto que no transmite la verdadera belleza del lugar. Y atrás de esas montañas, donde se ve todo nublado, es a donde nos dirigíamos después.

Por cierto, resultó que el hostal no estaba en Te Anau, pero en Manapouri, que es un pueblo antes, con un lago que dicen que es increíble, pero que no tuvimos la fortuna, o más bien el tiempo, de visitar. Otra razón para regresar.

Milford Sound

Este es de los lugares más famosos y bellos de toda Nueva Zelanda. Sin embargo… recuerdan las nubes detrás de las montañas en la foto anterior. Pues eso:

Milford Sound

Milford Sound, expectativa vs realidad

Expectativa vs realidad.  En la parte de abajo hay una placa que indica que montañas estarías viendo sin tantas nubes. Y sí, al principio fue un poco decepcionante, sobretodo por saber que este era el día para estar aquí, y en un viaje tan corto y ambicioso, no habría otra oportunidad de encontrar un día despejado. Pero recuerdan la sequía de la que había hablado anteriormente, pues este era el primer día que llovía en quién sabe cuánto tiempo. Así que bien por la naturaleza, mal por nuestros superfluos deseos de turista queriendo tomar muchas fotos pa’l face… Aun así el día no resulto ser tan trivial ni decepcionante.

Para empezar hay letreros en todas partes saliendo de Te Anau, que no hay gasolineras en los próximos 90km, así que hay que tener suficiente para 180km (ida y regreso). La entrada a la carretera es un túnel de árboles increíbles, pero con mucho tránsito. Luego pasamos por un túnel inmenso, totalmente obscuro. El equivalente moderno de cruzar Minas Tirith, pero en coche y sin demonios.  Al pasar el túnel entramos a un valle lleno de montañas con ¡decenas de cascadas por todas partes! Estoy seguro que nunca había visto tantas como ese día. Y aunque estaban lejos, es como ver una montaña con muchos ríos pequeños descender de ella.

Luego llegamos a los muelles para tomar el ferry. Y aunque las nubes seguían ahí, había otras cosas que apreciar, a pesar de que no se veía la cima de las montañas.

Muchas cascadas y ríos

Muchas cascadas y ríos

Una de las grandes

Una de las grandes

Además de eso había una colonia de leones marinos, unos nadando y otro durmiendo:

leones marinos nadando

leones marinos nadando

leones marinos durmiendo

leones marinos durmiendo

Y aquí como muchos tal vez se pregunten, cuál es la diferencia entre un león marino y una foca.. Pues supongo que hay varias, pero al menos aprendí que la manera rápida de reconocerlos es por las orejas. Si las tiene es un león marino, sino es una foca.

Y  mi parte favorita fue cuando nos pusieron debajo de una gran cascada. El ferry tenía partes abiertas y cerradas pero si querías podías irte a la proa.

Abajo de una cascada

Abajo de una cascada

En este día mi camara probo sus habilidades bajo el agua, a pesar de no ser una cámara que se recomiende mojar, pero sobrevivió bastante bien. Aun así esto fue lo que más la acerqué al agua, aunque me hubiera gustado tomar una foto justo desde abajo. Aun así yo si pude hacerlo despues de guardarla en su estuche. La sensación es muy diferente a lo que imaginé. Yo creí que sería como una regadera enorme y con mucha presión, pero el agua viene de tan alto y con tanta fuerza, que parte se evapora, además de que está muy dispersa y lo que no me esperaba es sentir la fuerza del viento que viene empujada por el agua.

Te Anau

Ese día regresamos por la tarde a Te Anau, un lugar bastante pequeño, donde decidimos sentarnos a tener una buena comida. Inicialmente escogimos el lugar por el internet gratis, pero ya que habíamos ordenado, vimos que ni llegaba la señal. Aquí tuvimos tiempo de escribir postales, las cuales pude enviar desde Queenstown, y no se cuánto tarden en llegar, pero espero que no mucho.

Camino a Queenstown (Wakatipui Lake)

Al día siguiente tomamos camino para Queenstown, ya con un clima que parecía un poco menos nublado. De hecho parecía ser el día perfecto para regresar a Milford Sound, pero eso hubiera sido quitar otra cosa en el futuro, así que decidímos seguir con nuestra ruta. Y nos es por nada fue algo de lo que no nos arrepentimos. Creo estas son de las mejores fotos que pude tomar en todo el viaje ya que la ruta para llegar a Queenstown es rodeando todo el Lago Wakatipu:

Lago Wakatipui y Las escaleras del diablo

Lago Wakatipui y Las escaleras del diablo

Las escaleras del diablo, o Devil’s Stairs, o algo así, es el nombre de la carretera curveada que se ve a un costado. Aunque la verdad hubo tramos mucho peores que ese que ya les contaré después.

Lago Wakatipui

Lago Wakatipui

Lago Wakatipui

Lago Wakatipui

Salí un 9 de marzo y apenas vamos en el 16 de marzo, la mitad del viaje, con muchas cosas hechas y muchas más por hacer. Pero por hoy, aunque no es tan tarde como otros días, es hora de dormir.

Continuará… (Parte IV)

Dos Semanas en la Tierra Media (Parte 2)

Ahora si, continuando con el relato que había dejado pendiente. (ver Parte I)

Y todo continúa desde que llegamos a la isla sur, a la ciudad de Dunedin (se pronuncia dun-í-din). Dejamos atrás la tierra volcánica de la isla norte, para encontrarnos un suelo mucho más verde, algo más cercano a lo que la gente espera cuando visita Nueva Zelanda. Aunque también nos encontramos con un clima más nublado pero con una temperatura igual de agradable.

La ruta al inicio no se planeo de una manera tan óptima, pero al ir con planes tan flexibles como los nuestros nos pudimos adecuar e inventarnos uno mejor al vuelo, eso no quita un desvío de 4 horas tan solo para ver pingüinos, que al final no resulto tan ideal, pero ya me estoy adelantando.

Dunedin

Dunedin, de acuerdo a la wikipedia, es la segunda ciudad más grande…. de la isla sur de Nueva Zelanda. Así que no se imaginen una cosa muy grande. Llegamos al aeropuerto por ahí de las 4:30pm decididos a registrarnos en el hostal y correr a conocer un poco de la ciudad, pues al día siguiente el plan era manejar unas 4 horas para llegar a Mt. Cook y, de acuerdo al plan original a no volveríamos a pasar por esta ciudad, pues para regresar a la isla norte bajaríamos hasta Fiorland y de ahí toda la costa oeste hasta llegar a la punta norte de la isla, Picton, donde tomaríamos el ferry para llegar a nuestro último destino, Wellington.

Ese día después del check in teníamos dos opciones. La primera era el tour por la fábrica de chocolates Cadbury, la segunda por una cervecería «local». En mi opinión, para chocolates ricos, los de Europa, principalmente en Suiza y Bélgica. Y claro, la cerveza tampoco es algo que destaca por estos lares del mundo, pero si me ponen a escoger, la cerveza siempre gana. Y es así como llegamos a un tour por la cervecería Speight’s. Que resulto ser enorme, no en tamaño pero algo así como en México Grupo Modelo o Cervecería Moctezuma. El tour tuvo muchos detalles históricos, y la mejor parte el final, la «delicada» cata del elixir. Pero si ya estas en una cervecería, por qué conformarte con un vasito. Al parecer la gente de Speights lo sabe, y te llevan a su taberna privada, donde tienen grifos con cerveza infinita de sus mejores variedades. Así es, ellos te dan el vaso y tu lo rellenas cuantas veces quieras con la cerveza que más te guste, desde una clásica Lager, pasando por IPA, hasta una cerveza hecha con miel en lugar de azúcar. Aunque el tiempo es limitado, da tiempo para que la gente que es parte del tour agarre buen ambiente. Aún así, no llega a más, pero deja una experiencia muy agradable y digna de recomendar.

Speight's

Grifo en la calle cortesía de la cervecería.

Y lamentablemente ese grifo no da cerveza, sino agua pura. En algún momento ese fue la principal fuente de agua tomable para la ciudad.

Después de este pequeño recorrido, fuimos a caminar y conocer un poco más de esta ciudad. Por cierto que una frase que recuerdo que nos dijo el guía en la cervecería fue que la ciudad tenía una arquitectura muy peculiar donde «colina arriba estaba la escuela de monjas para niñas, y camino abajo de la escuela estaba la cervecería» , ‘nough said. Si quieren ver más fotos de la ciudad por la noche, las agregaré a la galería.

El día siguiente nos levantamos temprano para tomar carretera, pero no sin antes pasar por uno de la calle más conocida mundialmente (dicen) de la ciudad. La calle Baldwin, es la más empinada del mundo. Aunque gente en el hostal nos decía que en Inglaterra creían haber visto calles más empinadas, y mis primas también dicen lo mismo de algunas calles en el D.F., sin embargo el Libro de Records Guiness dice que es esta. Y yo no se si es la más, pero si se siente la subida.

Balswin St.

Baldwin St. vista desde abajo/enfrente

Calle vista desde arriba

Calle vista desde arriba

Otra perspectiva

Otra perspectiva

Dato curioso: Había un gato negro cuidando la parte baja de la calle y el gato pinto que ven en la foto, cuidando la parte de arriba. Serán las versiones kiwi del Basement Cat y del Ceiling Cat?

Y bueno, lo que comenzó como un día nublado, pronto se aclaró conforme nos íbamos acercando a nuestro próximo destino.

Mt. Cook

Camino a Mt. Cook

Camino a Mt. Cook

Hay varias razones para visitar Mt. Cook. una de ellas es porque con 3,754m es la punta más alta de Nueva Zelanda. Pero para los fans de El Señor de los Anillos, por aquí se encuentra Mt. Doom (creo, porque al final varios lugares nos dieron información que se contradecía). Pero como sea hay montañas y cráteres. Perfecto lugar para el hiking.

Iniciando el camino

Iniciando el camino

Y bueno había muchos trails, o caminos, para escoger. Empezaban en los que duraban hora y media para ir y regresar, así como los que tomaban unos 4 días en atravesar la cordillera de montañas. Había caminos planos, otros que requerían subir un poco, y los que necesitas equipo profesional de escalada. Yo creo que sería feliz pasando un par de semanas explorando lo más posible. Pero el tiempo a la vez que me limitaba, me facilitaba tomar un camino. Elegí uno que duraba un estimado 4 horas de ida y regreso. Por experiencia había notado que esos estimados son con tiempo para caminar tranquilamente y tomar muchas fotos. Yo tenía 3 horas disponibles. El trail conocido como «Stairway to Heaven» te sube a la cima de la montaña enfrente de Mt. Cook para obtener una gran vista. Mi condición no es buena, y menos en invierno donde yo si aplico la vida de oso en hibernación. Pero con una mochila llena de chamarras (hacía un calor de la chingada, pero que tal que en la cima hacía frío por tanta nieve), y una botella casi llena de 1 litro de agua. Me embarqué solo a la aventura, con el objetivo de hacer el trail lo más rápido posible. El sol no ayudaba, pero mis ganas de cumplir mi auto reto eran más grandes. Después de media hora de ir a paso rápido, comenzó el ascenso, por la famosa «Escalera al Cielo».

 "Solo 1810 escalones más"

Dice: «Solo 1810 escalones más»

Por alguna razón imaginé que 1810, es más lo redondeé a 2000, escalones no era nada. Claro que creo que el calor comenzaba a nublar mi juicio, y como sabía que traía poca agua, no iba a tomar hasta que fuese estrictamente necesario. La verdad no iba contando los escalones, solo recordaba que la cima decía estar unos 400m más arriba de donde yo estaba. Otro dato que menosprecié. La subida con la mochila en el hombro, el calor a todo lo que da y sin agua, rápidamente se volvió muy pesada. Claro que la vista mejoraba con cada paso, y eso me animaba, aunque a mi cuerpo no le parecía. Intentaba tomar descansos en cualquier sombrita y así como beber unos sorbos de agua. Después de hora y media subiendo, me sentía casi agotado. Solo tenía 3 horas para subir y regresar y ya iba la mitad del tiempo. Confiando en que el descenso sería más rápido me forcé a subir un poco más. En ese momento le pregunté a alguien que venía bajando cuando faltaba, y me dijo que iba por la mitad del camino y me señaló el camino que llevaba a la cima. Y la verdad se veía lejos. Un lado de mí pensaba «ya estas aquí, quién sabe cuándo regreses y la vista será magnifica, qué importa un par de horas más», pero al mismo tiempo sabía que tendríamos que regresar a manejar 4 horas, pues sería la única oportunidad de ver al pequeño pingüino azul. Además sin manera de comunicarme con mis primas era difícil saber que pasaría se me tardaba mucho más de lo acordado. Ya que ellas decidieron hacer un camino más corto y relajado. En fin, subí lo más que pude hasta cumplir 2 de mis 3 horas. Y esta era la vista que tenía:

Mt. Cook

Mt. Cook

Lo mejor que alcancé

Lo mejor que alcancé (Click para ver tamaño completo)

A la izquierda está Mt. Cook (no se vé) a la derecha se vesta la villa donde comencé a caminar. Definitivamente había sido un camino largo. Para entender la perspectiva, hagan click en la panorámica y veanla en tamaño grande. Del lado derecho veran unas pequeñas casitas, las cuales de cerca se ven así:

Mt. Cook Village

Mt. Cook Village

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(^^!!)

Un pequeño hotel de 5 pisos. Pero bueno, lamentablemente no pude llegar más arriba. Mi falta de condición, agua y tiempo, no me dejaron más remedio que el de emprender el regreso. El descenso tampoco fue tan ligero como lo previsto, pero en una hora y quince minutos estaba de regreso bebiendo mis últimas gotas de agua. Al final no llegué donde quería, pero me recordó al viaje que hice en la prepa a La Malinche (Tlaxcala), por ahí del 2004. La primera vez no llegamos a la cima (4,500m) pero hubo una segunda, como planeo que para Mt. Cook exista otra oportunidad.

Y así es como emprendimos el regreso a una ciudad tan solo a unos 30 o 40 min de Dunedin.

Oamaru

Oamaru es el lugar donde se encuentra la única colonia de pingüinos azules de Nueva Zelanda. Esta raza de pingüinos es la más pequeña de todas. Es fácil verlas en la playa si sabes la hora. Y es así como confiadamente llegamos por ahí de las 9:30 pm al hostal de Oamaru. Donde preguntamos inmediatamente por los pingüinos. Resulta que hubo un pequeño error de traducción, ya que el atardecer es lejano al anochecer. Y los pingüinos se aprecian en el atardecer que es cuando regresan del mar a la playa y aun hay luz. Y depués de eso… pues esto:

Pingüino borroso 1

Pingüino borroso 1

Pingüinos borrosos 2

Pingüinos borrosos 2

Pingüinos borrosos 2

Pingüinos borrosos 3

Y pues no fue para nada un fail, porque si vimos pingüinos, y muchos. Caminaron junto a nosotros, y se dejaron tomar fotos. Pero la falta de luz no ayudaba nada. Aun así fue un gran momento. Algo que me impresionó aquí y lugares posteriores es que la gente, a pesar de venir de todas partes del mundo, le tenía mucho respeto a los animales. Nadie hacía ruido ni hablaba, nadie sacaba fotos con flash y mucho menos nadie los tocaba aunque los tuviera al lado. Una cosa más de esas que en México veo como imposibles. Y aunque, he estado en playas de México donde hay fuana salvaje, como las tortugas, he visto como la gente se toma sus libertades, con tal de conseguir una mejor foto pa’l face.. y empieza con eso y termina en sopa de tortuga, solo por dar un ejemplo. Regresando a temas más felices, los pingüinos son la neta y muy interesantes de ver, y aunque me hubiera gustado verlos de día, no me quejo. Eso si, una de mis primas se levantó al día siguiente como a las 5am, para despedir a los pingüinos en la playa antes de que partieran a pasar el día en el mar. Pero, ¿recuerdan la pequeña aventura que les acabo de contar sobre Mt Cook? Apenas llevábamos 5 días de viaje con 9 por delante, así que tenía que dormir.

Pero ya fue mucho de pingüinos. Oamaru como pueblo, es digno de visitarse. El hostel donde nos quedamos fue de los mejores, y no solo de NZ, pero de todos donde yo he estado. No era el más limpio, ni el que más cosas tenía, pero el más buena onda. El hostal se llama Chillawhile, y está decorado por decenas de cuadros pintados por viajeros. Tiene un lounge, con guitarras, muchos tambores diferentes y pianos (si, había 2). Es una lástima que pasáramos tan poco tiempo. Además que la gente siempre estaba muy relajada. El día que nos fuimos, yo estaba jugando con una guitarra, cuando un señor salió de la nada, me enseñó a tocar una escala y me dijo como tocarla para que fueran las mismas notas que muchas canciones. No pasaron ni 10 min, el señor se fue, se subió a su coche y dejo el hostal. Momento random de buen pedo. Otra cosa es que nos dieron internet gratis.

Sala musical del hostal

Sala musical del hostal

El asunto con el internet en NZ, cuando andas en hostales, es complicado, más bien, es carísimo. Te cobran por uso medido en MB. o a veces es ilimitado, pero solo por pocos minutos. Cuando llegamos nos dijeron que si compartíamos un video en facebook nos darían 15 min ilimitados gratuitos. Y venga… No fue hasta una semana después de regresar que ví el video. Y realmente creo que vale la pena compartir:

Al día siguiente teníamos tiempo para conocer más de la ciudad, pues fue aquí donde decidímos cambiar la ruta, y es que, en lugar de regresar casi hasta Mt. Cook y de ahí a Queensland y luego Fiorland, tomaríamos toda la costa este desde Oamaru, siguieno la ruta escénica de la carretera sur pasando por Invercargill, y luego subiendo por el oeste hasta Te Anau, luego Fiorland, Queenstown, etc.. hasta Wellington.

Lo primero que visitamos fue un lugar muy random. Stempunk HQ, una galería/museo dedicado al movimiento/cultura Steampunk. Para los que no estan familiarizados, y no que yo lo este mucho. Steampunk es un estilo como futurista, post-apocalíptico. Mejor me ahorro mis malas explicaciones y les enseño con unas fotos.

Stempunk HQ

Stempunk HQ

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Y tal vez el Steampunk no sea para todos, pero mis primas y yo si disfrutamos el conocer este lugar. El siguiente punto, fuer regresar a donde habíamos visto a los pingüinos en la noche, para tomarnos la foto obligada con la señal de tránsito.

 

 

 

 

.. y un robot que se cree pingüino

Cuidado con los pingüinos*

*Nota mental: los pingüinos no son robots

Y de una vez les confieso que hago tanto hincapié en los pingüinos, ya que no vímos un solo Kiwi.. y yo no siquiera vi la tan famosa señal de tránsito de los kiwis… pero bueno, otra razón para regresar!!

Continuemos. Ese día fue muy largo y manejamos mucho. Originalmente pensaba escribir en esta entrada hasta llegar a Fiorland, pero creo que hay muchas fotos e historias que contar, así que yo creo que habrá una tercera y probablemente cuarta secuela para poder relatar todo el viaje.

Pero antes de terminar, alcanzamos a llegar a ver las Rocas Moeraki (Moeraki Boulders). Unas extrañas piedras de forma circular que habitan en la playa de Moeraki. Poco se sabe de estas piedras, además de esferas también parecen huevos. Lo curioso es que hay unas rotas y su interior es hueco! Una vez más, mis descripciones no se acercan ni remotamente a lo que cuenta unas pocas fotografías:

Moeraki Boulders

Moeraki Boulders

Moeraki Boulders

Moeraki Boulders

Moeraki Boulders

Moeraki Boulders

Y realmente no se si alguien llegue a leer hasta acá, pero al menos creo que yo me he entretenido bastante escribiendo esto, y se que cuando lo lea en unos años, habrá valido la pena compartirlo.

Continuará.. (PARTE III)

Dos Semanas en la Tierra Media (Parte 1)

Hace menos de una semana que regresé de vacaciones y realmente necesito descansar. Eso de atravesar medio mundo usando 3 aviones y como 9 horas de escala, no está chido, sobretodo cuando llegas a tu destino un domingo en la noche para el lunes regresar a trabajar. Aun así no hay nada como viajar conocer lugares lejanos que solo hemos visto a través de libros, películas y fotografías. Y es así como he regresado para escribir la reseña de mis dos semanas en la famosa Tierra Media de nuestro mundo, Aotearoa como la llaman los nativos maori, Nueva Zelanda para el resto del mundo.

Bandera de Nueva Zelanda

No confundir con la bandera de Australia

Y todo este viaje gracias a una prima que se fue de au pair durante un año y antes de que regresara su hermana y yo la fuimos a visitar para conocer lo más posible de este épico país. Al mismo tiempo esta ha sido mi primer visita al hemisferio sur y al continente de Oceanía.

A quién no le gusta viajar, pero la verdad es que pasar muchas horas dentro de un avión no es algo que me emocione sobretodo al saber que mi viaje comenzaría en Seattle un jueves a la 1pm y culminaría en Auckland un sábado a las 5am después de una escala en San Francisco. Sin embargo tengo que mencionar que las 13 horas que pasé en el avión de Air New Zealand fueron sorprendentemente cómodas. Nada que ver con las mugres líneas norteamericanas donde siempre termino con dolor en las rodillas y ya ni los cacahuates son gratis. Solo para que se den una idea, la bienvenida al avión fue épica, ya que Air New Zealand usa el siguiente video para dar la información de seguridad:

En el avión alcancé a ver un par de películas y dormir muchas horas, lo cual ayudó a ajustarnos al nuevo horario, que para mi eran solo 3 horas de diferencia (más un día entero).

Al llegar esperamos a que Marce nos recogiera en el aeropuerto, pues a partir de ese día rentaríamos un coche. El único detalle es que allá se maneja del lado derecho, y después de tantas horas en un avión y sin experiencia previa, pues no nos sentíamos muy cómodos para manejar desde tan temprano. Eventualmente nos acostumbramos y pudimos manejar de ese lado, en realidad fue más fácil de lo que yo esperaba, ahora no he intentado manejar acá, espero no confundirme y chocar. Siguiendo con el largo relato. Ese primer día fuimos a la casa donde trabajaba Marce a cenar con su familia adoptiva y para que ella se despidiera de todos y de ahí a conocer Auckland. El plan realmente era viajar por la isla sur, pues es la que mi prima no conocía, pero claro que hay cosas que no te puedes perder de la isla norte, por eso le decidímos dedicar unos días a ver lo más relevante. Esos lugares son de los que hablo en este post.

1. Auckland

Es la ciudad más grande y poblada. Aún así no es tan grande, o al menos yo creo que después de vivir en el DF es difícil encontrar una ciudad tan impresionantemente grande, hasta ahorita creo que únicamente Tokio se le podría comparar. En fin, Auckland tiene su propio estilo, no es una ciudad como las europeas, ni como las americanas. Es obvio que tiene rastros ingleses, pero en general la ví como algo nuevo y colorido. Lo mejor de la ciudad, y del país en general, es que todo este limpio y la gente sea relajada, amable y sonriente. No por nada se dice que Nueva Zelanda es de los países más amigables del mundo para los turistas.

Con tan solo un día para conocer la recorrimos de lado a lado sin detenernos mas que en lo puntos más altos como Mount Victoria, Mount Eden y por supuesto el Sky Tower.

Mt.Victoria con el Volcan Rangitoto de Fondo

Mt.Victoria con el Volcan Rangitoto de Fondo

Los tres viajeros en Mt. Eden

Los tres viajeros en Mt. Eden

Sky Tower

Sky Tower, Auckland

2.Hobbiton

El set de La Comarca, tal y como es visto en las películas relacionadas con los libros de J.R.R. Tolkien, es lo único que fue permitido conservar tras filmar las películas. Esto se encuentra en Matamata, en la región de Waikato. Evidentemente era algo que no nos podíamos perder de la isla norte. Sin embargo al llegar a Hobbiton, un lugar supuestamente de la eterna primavera, nos encontramos con un paisaje muy seco.. lleno de pastizales y montañas doradas, en lugar del verde que te pintan en las películas. Les recuerdo que en el Hemisferio Sur es el fin del verano, y casualmente no había llovido desde hace tanto, que era considerado la peor sequía de los últimos 70 años!! Vaya suerte la nuestra. Al menos Hobbiton tal cual es un lugar tan turístico que lo regaban continuamente para que pudiera conservar su color verde, solo que ahora era como el oasis en medio del desierto. Aún así lo disfrutamos mucho. Realmente solo existen las fachadas de las casas, cualquier otra escena fue filmada en un estudio, pero en general si te da la ilusión de un pueblo con gente pequeña.

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Saliendo a una aventura

Y para cerrar con broche de oro, La Pozada del Dragon Verde (The Green Dragon Inn), con una bebida gratuita.

Green Dragon Inn

Green Dragon Inn

¡Queremos nuestra cerveza gratis!

¡Queremos nuestra cerveza gratis!

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¡Salud!

En camino de regreso a nuestro hostal hicimos una parada random.. una de muchas que hubo en este viaje para tomarle fotos a una tienda en forma de perro y una tienda en forma de oveja:

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Esa noche tuvimos nuestro encuentro con la cultura Maori, el pueblo aborigen de Nueva Zelanda, los cuales conservan su cultura y lenguaje. De hecho en todo el país encuentras las cosas tanto en inglés como en maorí, a pasar de que segun Wikipedia solo el 5% de la población lo habla. Definitivamente estos conquistadores hicieron todo lo opuesto a los Españoles escalvizadores o a los Ingleses en Norte América que se fueron por la vía de la exterminación.

La primera parte fue un vistazo a su cultura, en una especia de teatro hablaban de sus costumbres y actuaba y cantaban y bailaban y peleaban. Aunque su autenticidad era un poco dudosa, al parecer es lo más cercano a conocer un pueblo maori de verdad. Después hubo una cena con comida autóctona. Y bueno, definitivamente este país no es para pasearse en ciudades, museos ni para hacer un tour gastronómico. La cena tradicional fue cordero y un tipo de papa dulce. Para los mexicanos lo puedo describir como barbacoa con camote. Muy rico. Otra cosa interesante fue que para la cena te sentaban con grupos de gente de otros países. Así conocimos a una pareja de españoles y a una persona de Rusia. Rusia es enorme y el venía de un lugar muy lejano y aislado llamado Kamchatka. Nos comentaba que para viajar a cualquier lado no había ni trenes ni carreteras, solo un aeropuerto que lo podía llevar a Moscú y de ahí ya se podía mover. A pesar de eso nos enseñó fotos del lugar y parece ser un lugar que valdría la pena visitar.

Finalmente nos dieron un tour para conocer los Glowworms, traducido es algo como gusanos iluminados, esto es porque brillan en la obscuridad.

3. Lago Taupo

El lago más grande de Nueva Zelanda, el segundo lago de agua dulce más grande de Oceanía, y además es el cráter de un volcán. El segundo cráter más grande del mundo después de Yosemite (EEUUA). En fin, todos los datos de este lago son impresionantes, pero nada como estar ahí. A pesar de ser tan inmenso, está muy limpio y su agua es muy cristalina.

Para conocerlo nos embarcamos en un barco velero que nos llevó hasta una piedra enorme con una cara Maori. En un día con un clima perfecto pudimos apreciar los primeros paisajes sorprendentes del viaje.

¿Así, o más relax?

¿Así, o más relax?

Cara Maori

Cara Maori

Cabe notar que el agua tan clara y al parecer poco profunda está muy fría como para aventarte a nadar (aunque luego vimos que había gente que lo hacía), y la profundidad es engañosa.

De aquí y con la segunda mitad del día por delante nos fuimos a explorar el río Waikato, el cual es el único que drena a este extenso lago, que recibe sus aguas de otros 3 ríos. Toda esa cantidad de agua concentrada por un solo canal da vida a las impresionantes cascadas Huka, que si bien no son altas la potencia con la que se mueven y el sonido que producen, te da una clara idea de lo que pasaría si caes en ellas. Por cierto, me quedé con ganas de hacer rafting, aun así no creo que en este tremendo río se pueda.

Río Waikato

Río Waikato

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Huka Falls

Decidimos caminar río arriba en busca de una famosa corriente de agua caliente. Ya mencioné que el agua proveniente en este lago era muy fría, pero esta zona al ser volcánica también expide corrientes de agua muy caliente, la cual al contacto con este río da la temperatura ideal para sumergirse. Y es así como encontramos a la orilla del río un mini paraíso de aguas termales, con agua proveniente de un río caliente (unos ~60°C aprox), un borbollón natural, y el río Waikato (unos ~10°C).

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Aquí empezó una de las reflexiones que duró todo el viaje. México tambien tiene paisajes y recursos hermosos, o los tenía antes de que se llenaran de basura y se contaminaran. Suena utópico, pero si nuestros lagos y ríos estuvieran verdaderamente limpios, no tendríamos que viajar al otro lado del mundo para conocerlos. En fin..

4. Regreso a Auckland

Este día nuestro único destino era el aeropuerto de la ciudad de Auckland, para regresar el coche y tomar un avión que nos llevaría a la ciudad de Dunedin (se pronuncia Dun-í-din), en la isla sur. Pero no sin antes otra parada inesperada en una ciudad llena de totems, Maoris, Canadienses y contemporáneos.

Totem Maori

Totem Maori

Continuará… Parte 2

P.S. Pido disculpas por cualquier error que puedan encontrar en este post, ya sea ortográfico o de algún dato, pero como expliqué al principio sigo sin recuperarme del viaje y la única manera en que tuve tiempo de escribir esto ha sido de noche y sin mucha atención en los detalles.

P.S.2 El resto de las fotos las subiré a Facebook y Google+ en cuanto el tiempo me lo permita.